1.CUALES SON Y EN QUE SE BASAN

Las energías renovables podrían solucionar muchos de los problemas ambientales, como el cambio climático, los residuos radiactivos, las lluvias ácidas y la contaminación atmosférica. Las energías renovables podrían cubrir un tercio del consumo de electricidad y reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 20% para el año 2.005. Pero para ello es necesario invertir unos 90.000 millones de pesetas anuales, de los que 20.000 serían fondos públicos. Ese objetivo se pretende alcanzar con bonificaciones y la obligación de que las grandes compañías eléctricas compren a los pequeños productores de energías renovables la totalidad de su producción a precios qué incentiven su crecimiento.
Energía solar térmica
El colector solar plano es la aplicación más común de la energía térmica del sol. Países como Japón, Israel, Chipre o Grecia han instalado varios millones de unidades, si bien el momento actual de bajos precios del petróleo no es precisamente el más favorable. Cada metro cuadrado de colector puede producir anualmente una cantidad de energía equivalente a cien kilogramos de petróleo.
Las aplicaciones más extendidas son la generación de agua caliente para hogares, piscinas, hospitales, hoteles y procesos industriales, y la calefacción, empleos en los que se requiere calor a bajas temperaturas y que pueden llegar a representar más de una décima parte del consumo. A diferencia de las tecnologías convencionales para calentar el agua, las inversiones iniciales son elevadas y requieren un periodo de amortización comprendido entre 5 y 7 años, si bien, como es fácil deducir, el combustible es gratuito y los gastos de mantenimiento son bajos. Un objetivo voluntarista, pero posible de alcanzar, sería tener instalados para el año 2.005 un total de 3.230.000 m2 de colectores solares. Tal cifra permitiría ahorrar 210 Ktep de otros combustibles. La inversión necesaria para alcanzar tal objetivo asciende a 150.000 Mpta, de los que 20.000 Mpta deberían de ser ayudas de la Administración. Alcanzar tal cifra implica un apoyo decidido de la Administración, y la obligación de instalar colectores solares planos en las viviendas de nueva construcción, con el fin de cubrir entre el 50 y el 75 % de las necesidades de ACS en las nuevas viviendas.



La producción de electricidad a partir de células fotovoltaicas en 1.997 es aún seis veces más cara que la obtenida en centrales de carbón, pero hace tan sólo una década era dieciocho veces más, lo que permite que el empleo de células fotovoltaicas para producir electricidad en lugares alejados de las redes de distribución ya compita con las alternativas existentes, como generadores eléctricos a partir del petróleo. En los próximos 5 años se espera reducir el coste del kWh a 12 centavos de dólar, a 10 para antes del año 2.010 y a 4 centavos para el 2.030. A lo largo de toda la década el mercado fotovoltaico creció a ritmos anuales superiores al 40%; entre 1.971 y 1.996 se han instalado en el mundo 700 megavatios de células fotovoltaicas. La superficie ocupada no plantea problemas. En el área mediterránea se podrían producir 90 millones de kWh anuales por kilómetro cuadrado de superficie cubierta de células fotovoltaicas, y antes del año 2.005, con los rendimientos previstos, se alcanzarán los 150 millones de kWh por km2. Un país como España podría resolver todas sus necesidades de electricidad con apenas 900 km2, el 0,2% de su territorio. Todas las necesidades energéticas mundiales se podrían cubrir ocupando sólo unos 300.000 km2 con células fotovoltaicas.



En España el potencial adicional técnicamente desarrollable podría duplicar la producción actual, alcanzando los 65 TWh anuales, aunque los costes ambientales y sociales serían desproporcionados. La propuesta no considera la construcción de ninguna nueva gran central, centrando los esfuerzos en la rehabilitación de las minicentrales cerradas, mejora de las existentes y aprovechamiento hidroeléctrico de los embalses que carecen de él. Tales acciones permitirían incrementar la producción anual en 3 ó 4 TWh, sin ningún impacto ambiental adicional hasta alcanzar los 35 TWh en un año medio (ni muy seco ni especialmente lluvioso). Las inversiones necesarias ascienden a 200.000 Mpta.
La conversión de la energía del viento en electricidad se realiza por medio

La consultora BTM Consulting APS pronostica que en Europa se pasará de los 4.794 megawatios ahora instalados a unos 12.500 en el 2002, casi el triple en sólo tres años. Este aumento obedece, según esta consultora, a motivos medioambientales, pero en otras zonas del planeta, como China o el norte de África, también hay apuestas por la eólica como generador de energía a falta de una red aceptable de suministro eléctrico.


En la mayoría de los casos la explotación debe hacerse con dos pozos (o un número par de pozos), de modo que por uno se obtiene el agua caliente y por otro se vuelve a reinyectar en el acuífero, tras haber enfriado el caudal obtenido. Las ventajas de este sistema son múltiples:
Hay menos probabilidades de agotar el yacimiento térmico, puesto que el agua reinyectada contiene todavía una importante cantidad de energía térmica.
Tampoco se agota el agua del yacimiento, puesto que la cantidad total se mantiene.
Las posibles sales o emisiones de gases disueltos en el agua no se manifiestan al circular en circuito cerrado por las conducciones, lo que evita contaminaciones.
El potencial geotérmico español es de 600 Ktep anuales, según una estimación muy conservadora del Instituto Geológico y Minero de España. Para el año 2.005 se pretende llegar a las 100 Ktep, lo que requerirá unas inversiones de 40.000 Mpta. Los usos serían calefacción, agua caliente sanitaria e invernaderos, no contemplándose la producción de electricidad.

La utilización de la biomasa es tan antigua como el descubrimiento y el empleo del fuego para calentarse y preparar alimentos, utilizando la leña. Aún hoy, la biomasa es la principal fuente de energía para usos domésticos empleada por más de 2.500 millones de personas en el Tercer Mundo. La combustión de la biomasa es contaminante. En el caso de la incineración de basuras, tal y como se viene haciendo con los residuos urbanos en la mayoría de las ciudades europeas y norteamericanas, la combustión emite a la atmósfera contaminantes, algunos de ellos cancerígenos, como las dioxinas. El reciclaje y la reutilización de los residuos permitirá mejorar el medio ambiente, ahorrando importantes cantidades de energía y de materias primas, a la vez que se trata de suprimir la generación de residuos tóxicos y de reducir los envases. En España actualmente el potencial energético de la biomasa asciende a 37 Mtep, pero tal cifra incluye 19,6 Mtep de cultivos energéticos y 3,8 Mtep de residuos forestales y agrícolas. La producción de biocombustibles y un uso energético excesivo de los residuos forestales y agrícolas no es deseable, dadas sus repercusiones sobre la diversidad biológica, los suelos y el ciclo hidrológico, sin olvidar que lo más importante es producir alimentos, y no biocombustibles para los automóviles privados. El objetivo de alcanzar las 4,2Mtep en el 2.005 en la práctica supone duplicar el consumo oficial de biomasa. La obtención de biogás en digestores a partir de residuos ganaderos reducirá las emisiones de metano, y debe ser promocionada, con el fin de reducir la contaminación, obtener fertilizantes y producir energía.
Si la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables se generalizase, los sistemas de distribución y transformación no serían ya los grandes distribuidores de energía eléctrica, pero funcionarían para equilibrar localmente las necesidades de electricidad de las pequeñas comunidades. Los que tienen energía en excedente venderían a los sectores deficitarios, es decir, la explotación de la red debería pasar de una "gestión pasiva" donde se conectan algunos generadores y el sistema es impulsado para obtener la electricidad "descendiente" hacia el consumidor, a una gestión "activa", donde se distribuyen algunos generadores en la red, debiendo supervisar constantemente las entradas y salidas para garantizar el equilibrio local del sistema. Eso exigiría cambios importantes en la forma de administrar las redes.
Sin embargo, el uso a pequeña escala de energías renovables, que a menudo puede producirse "in situ", disminuye la necesidad de disponer de sistemas de distribució

Un inconveniente evidente de las energías renovables es su impacto visual en el ambiente local. Algunas personas odian la estética de los generadores eólicos y mencionan la conservación de la naturaleza cuando hablan de las grandes instalaciones solares eléctricas fuera de las ciudades. Sin embargo, todo el mundo encuentra encanto en la vista de los "viejos molinos a viento" que, en su tiempo, eran una muestra bien visible de la técnica disponible.
Otros intentan utilizar estas tecnologías de una manera eficaz y satisfactoria estéticamente: los paneles solares fijos pueden duplicar las barreras anti-ruido a lo largo de las autopistas, hay techos disponibles y podrían incluso ser sustituidos completamente por captadores solares, células fotovoltaicas amorfas que pueden emplearse para teñir las ventanas y producir energía, etc.
Representan un 20% del consumo mundial de electricidad, siendo el 90% de origen hidráulico. El resto es muy marginal: biomasa 5,5%, geotérmica 1,5%, eólica 0,5% y solar 0,05%.
Alrededor de un 80% de las necesidades de energía en las sociedades industriales occidentales se centran en torno a la industria, la calefacción, la climatización de los edificios y el transporte (coches, trenes, aviones). Sin embargo, la mayoría de las aplicaciones a gran escala de la energía renovable se concentra en la producción de electricidad.
Greenpeace presentó un informe en el que sostiene que la utilización de energías renovables para producir el 100% de la energía es técnicamente viable y económicamente asumible, por lo que, según la organización ecologista, lo único que falta para que en España se dejen a un lado las energías sucias, es voluntad política. Para lograrlo, son necesarios dos desarrollos paralelos: de las energías renovables y de la eficiencia energética (eliminación del consumo superfluo).
3.ANÁLISIS A NIVEL NACIONAL
El mar, última frontera de las energías renovables
La creación de parques eólicos marinos ha quedado desbloqueada por el Gobierno, pero hará falta superar muchos prejuicios para materializarlos .
Los molinos de viento están a punto de hacerse a la mar.

El Gobierno desbloqueó la instalación de parques eólicos marinos en nuestro litoral a través de la publicación el pasado 1 de agosto de un Real Decreto. Se regulaban así, por primera vez, los procedimientos para promover un parque eólico marino y las condiciones que éstos deben reunir. De este modo, el Ejecutivo abría la puerta por primera vez a este tipo de generación eléctrica con la regulación de los procedimientos para la obtención de las autorizaciones.
Sin embargo, hacía falta aún delimitar en qué zonas del litoral podían instalarse estas infraestructuras y en qué volúmenes. Se estudiaron 4.000 kilómetros de costa para buscar los enclaves idóneos y el resultado es el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español, cuyo objetivo es determinar «las zonas de dominio público marítimo terrestre que, sólo a efectos ambientales, reúnen condiciones favorables para la instalación de parques eólicos marinos».
73 áreas eólicas
La zona de estudio corresponde a una «franja litoral de 24 millas trazadas desde las línea de base recta» y contempla un total de 73 áreas eólicas marinas, que se clasifican en zonas aptas, de exclusión y con condicionantes ambientales. No obstante, Jaime Alejandre, director general de Calidad y Evaluación Ambiental, recuerda que «la clasificación de una zona como apta no exime de la realización y aprobación de los correspondientes estudios de impacto ambiental posteriores, y si éstos fueran negativos el proyecto sería rechazado».
«En nuestra costa justifica Alejandre, donde además de tráfico marítimo, hay rutas migratorias clave para aves, bancos de pesca, yacimientos... por eso, se han restringido bastantes las zonas aptas». Aún así, el director general de Calidad y Evaluación Ambiental considera que «los promotores (de los proyectos) están satisfechos con las zonas propuestas y con los plazos, pues en este momento nadie tiene la capacidad para poner en marcha un parque de este tipo mañana mismo». Respecto a lo segundo, todos los sectores implicados en este asunto están de acuerdo, pero respecto a las zonas propuestas como aptas no todos coinciden. Así, la Asociación Empresarial Eólica explica que la mayor parte de proyectos en tramitación están en zonas con condicionantes, al tiempo que se queja de que una zona muy prometedora para las empresas energéticas, que era el Delta del Ebro, ha sido considerada no apta.
Y es que, a pesar de que el informe de caracterización del litoral aún no está aprobado definitivamente, hay proyectos sobre la mesa desde hace meses. No en vano, la implantación de los aerogeneradores en el mar representa en la actualidad uno de los mayores retos para la continuación del desarrollo de la industria eólica europea.
En este sentido, España dispone de 4.872 kilómetros de costa, donde el viento sopla con más fuerza y más constancia que en tierra, y es el segundo país europeo productor de energía eólica. Por tanto, es lógico que las empresas empezaran a tomar posiciones hace tiempo.
Por eso, algunos de los proyectos que se estaban tramitando ahora se encuentran con que están en zonas no aptas. Es el caso de un proyecto de Capital Energy, una empresa de energía eólica ligada a la promotora ACS y que ha presentado alegaciones a la propuesta de caracterización del litoral, cuyo proyecto frente al Delta del Ebro, desde que se conoció en 2004, ha provocado una gran resistencia entre ecologistas, pescadores y población de la zona, por tratarse de un área con gran cantidad de aves. Ahora, el Ministerio de Medio Ambiente entiende que es una zona a proteger pues alberga humedales de importancia internacional.
También de esta promotora es un proyecto frente a la costa de Vinaroz (Castellón), que ha suscitado el rechazo de las cofradías de pescadores de la zona, que temen perder sus áreas de pesca. Esto es lo que ha motivado fundamentalmente que tanto la Cofradía de Pescadores de Vinaroz como el Partido Vinaroz Independiente presenten alegaciones al documento ministerial. Los pescadores de Cádiz, Barbate y Conil de la Frontera, y algunos ayuntamientos de la zona, también presentan su desconformidad con algunos proyectos cerca del Estrecho, como el presentado por Acciona.
Poca profundidad
Pero no son las únicas dificultades que encuentra en su desarrollo este tipo de energía. Los costes de construcción son superiores en el mar, aunque también lo es la producción de energía. El propio Estudio Estratégico Ambiental del litoral español prevé que la potencia media de los parques eólicos marinos cuadruplicará la de los parques terrestres, que suele ser de 25 MW, aunque el mínimo de potencia exigida por decreto es de 50 MW para cada una de las instalaciones de generación eólica marina.
Sin embargo, la tecnología actual sólo permite instalar parques eólicos marinos en zonas con profundidades inferiores a 20 metros, una característica que escasea en el litoral español. Las zonas donde la profundidad del mar es menos elevada y, en consecuencia, tienen un coste de instalación menor de las torres que soportan los molinos se sitúan en el este y sur del país.
Según los datos facilitados por Medio Ambiente, las propuestas en tramitación se sitúan en Cádiz, Huelva, Almería, Murcia (La Manga), Castellón, Tarragona, Galicia y Canarias.
Y es que la ubicación de los parques eólicos en el mar exige una mayor complejidad constructiva, sobre todo en lo que se refiere a la cimentación de los aerogeneradores en aguas profundas. Las torres de los aerogeneradores requieren de una cimentación cuya dificultad y coste de construcción aumentan a medida que el proyecto se va alejando de la costa y crece la profundidad marina.
El estudio del litoral prevé que los aerogeneradores sean mucho más grandes que los de tierra. Según afirma el documento, las palas tendrán 45 metros de largo y la torre se levantará 80 metros sobre la superficie marina.
Además, y de acuerdo con la información recogida de proyectos marinos ya construidos en otros países, tanto las inversiones como los costes de operación y mantenimiento llegan a duplicar los valores alcanzados en los parques en tierra. Pero el escollo más importante para el desarrollo de esta energía es la falta de infraestructuras eléctricas. Es necesaria una red eléctrica con nudos de evacuación para la energía producida, capaz de soportar una inyección tan importante de potencia.
En los últimos años, los parques eólicos ubicados en el mar para aprovechar la energía renovable del viento (conocidos internacionalmente como off shore) se han ido desarrollando en el norte de Europa, principalmente en Dinamarca y el Reino Unido. En 2006 había instalados 700 MW en el mundo, de los cuales 400 estaban en Dinamarca, 250 en el Reino Unido que creció mucho el año pasado y cuyo último proyecto aprobado es uno en el estuario del Támesis, y el resto repartido entre Suecia, Holanda e Irlanda. Un estudio de la Comisión Europea calculó que España podía tener 25,52 gigavatios de potencia instalada en 2020, el doble de la que actualmente hay en eólica terrestre, mientras que, según un estudio bastante optimista de Greenpeace, en España sería posible crear por este medio 25.000 megavatios de potencia hasta 2030, evitando la emisión anual de unos 25 millones de toneladas de CO2.
Sin embargo, pese al triunfalismo de las primeras cifras, el desarrollo de esta tecnología en nuestro país será a medio plazo. No será antes de 2012 cuando empiecen a funcionar los primeros parques en España, aunque la Asociación Empresarial Eólica considera que hasta 2020 no alcanzaremos la velocidad de crucero. Ese año, y según sus previsiones, podrían haberse instalado ya los 4.000 MW de potencia.
El consejero participó ayer en una mesa redonda que abrió las actividades de conmemoración del Bicentenario
José Manuel Díaz-Salazar, consejero de Industria y Sociedad de la Información y Venancio Rubio Polo, director general de Energías Renovables en Castilla-La Mancha de Iberdrola, abrieron ayer martes los actos de conmemoración del Bicentenario del 6 de junio con la mesa redonda “Futuro: Energías Renovables”, que se celebró en el Hotel Veracruz Plaza de Valdepeñas a partir de las 20:00 horas. Este encuentro sirvió de espacio de reflexión y en él se recalcó la importancia que tienen las energías limpias de cara a cumplir los objetivos medioambientales marcados en el Protocolo de Kyoto. Las energías son el tema principal de esta mesa redonda y en un contexto que está marcando buena parte de las agendas y preocupaciones políticas, sociales, universitarias y científicas del mundo y es como hacer frente al reto que tiene el planeta por delante, que es seguir creciendo económicamente, seguir originando un bienestar en los ciudadanos, pero de una forma sostenible. Comentó que, desde este punto de vista, Castilla-La Mancha es una región pionera en este momento. “Lideramos la potencia eólica instalada en nuestro país, somos la región que más ha crecido en generación de energías limpias, y nos hemos marcado el objetivo de conseguir que en el 2012, el 100% del consumo eléctrico de nuestros ciudadanos proceda de fuentes limpias. No solo nuestro reto pasa por generar energía alternativa, sino también por aprovechar esa oportunidad para crear tejido industrial, es decir, que la mayor parte de los componentes que se utilizan en parques eólicos, parques fotovoltáicos y centrales termosolares, se construyan en Castilla-La Mancha. En este momento, el tejido industrial asociado a las energías renovables, supone ya un peso importante del conjunto del Producto Interior Bruto ligado a la industria. Además permite la inserción laboral de jóvenes. Más de 3.000 han sido los ciudadanos que han encontrado empleo estable vinculado a la fabricación de componentes de energías renovables”.En tercer lugar, Díaz-Salazar destacó que las energías renovables son un sector que propicia la investigación y el desarrollo. “Buena parte de la estrategia nacional al respecto también está en Castilla-La Mancha como es el caso del Instituto Solar de Concentración o el Instituto de Pilas de Hidrógeno, que son dos centros nacionales de la región que están ubicados en Puertollano”.Resaltó que, de este modo, para una región como la nuestra es una buena oportunidad en esa triple dirección: conseguir una mayor autosuficiencia en nuestro consumo energético, conseguir atraer empresas de alto nivel que creen empleo cualificado y que al mismo tiempo propicien el desarrollo de la investigación. “Hablar de futuro es hablar de cómo conseguimos en Castilla-La Mancha y en el país seguir creciendo económicamente pero de una forma sostenible. Hay que buscar modelos alternativos. Castilla-La Mancha es una región que se caracteriza por esa vanguardia”.Asimismo apuntó que es importante debatir este tema con una de las empresas más importantes como es IBERDROLA, que está también demostrando como una empresa española con vocación internacional, tiene una parte de su base de operaciones en la región. En Castilla-La Mancha, IBERDROLA tiene ubicado el Core (el Centro de Seguimiento de todos los parque eólicos del mundo).“IBERDROLA es la empresa que más potencia eólica tiene instalada en todo el mundo. Nos interesa que empresas españolas compitan en los mercados internacionales y al mismo tiempo tengan un enraizamiento tan importante como en este caso en Toledo. Esto prestigia a nuestra economía y a nuestras empresas y que hoy esté en Valdepeñas su máximo responsable en Energías Renovables, prestigia el foro que hoy se inicia en torno a la conmemoración del Bicentenario del 6 de junio”.Añadió, “Valdepeñas tiene un futuro muy prometedor y un presente muy bueno como ciudad emprendedora”.Venancio Rubio habló sobre la situación actual del Protocolo de Kioto, de la situación de IBERDROLA a nivel mundial, siendo líder de energía eólica y explicó las energías renovables. Comentó que IBERDROLA ha invertido 2.300 millones de euros en la región.
1 comentario:
El trabajo está muy bien, pero no me has hablado ni comparado los diferentes tipos de energías renovables usadas en la región.
NOTA:9
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